¡Hola! Bienvenidos a este
blog.
Muchas personas me
preguntaban si tenía una página donde publicaba información sobre los viajes
que hago. Decidí abrir este blog para contar vivencias, experiencias acerca de
mi vida, y claro dando todos los tips que puedan servir para hacer más fácil tu viaje a uno de los destinos que escojo ir. Trataré de
contar con lujo de detalles si la experiencia si fue positiva o negativa, cómo
logré llegar al lugar, los contactos, medios de transporte, ¡todo! De verdad me
gustaría despertar un poquito el alma de cada uno y que se desconecten un poco
de la ciudad y de las cosas negativas que te agobian.
Sólo dejaré como inicio esta
reflexión:
Tengo hasta ahora 2330
seguidores por la cuenta de Instagram y 900 amigos por facebook y aun así,
estoy sola. Hablo con muchos de ellos seguido y sin embargo no me conocen
realmente.
¡Hay que levantar la vista!
El problema está entre mirar
a los ojos de alguien o mirar un nombre en una pantalla. Toda esta tecnología
que tenemos es sólo una ilusión. Todo, la sociedad, la compañía y el sentido de
inclusión y aún... cuando dejas este dispositivo de ilusión, ¡te despiertas para
ver un mundo de confusión! Un mundo en el que somos esclavos de la tecnología
que dominamos, donde la información es vendida por algún rico o simplemente un
codicioso bastardo. Un mundo de interés propio, de imagen propia, de promoción
propia, de creaciones de estereotipos; donde compartimos las mejores partes,
pero dejamos fuera la emoción.
Somos felices cuando
compartimos una experiencia (de eso estamos claros), pero ¿es lo mismo si nadie
está ahí? Estás ahí por tus amigos y ellos están ahí por ti, pero no habrá
nadie si es una reunión por mensajes.
Editamos y exageramos,
imploramos atención, pero pretendemos no notar la aislación social. Ponemos las
palabras en orden hasta que nuestras vidas brillen, pero no sabemos si alguien está
escuchando.
Estar solo no es el
problema, nosotros podemos enfatizar, podemos leer, pintar algo o hacer
ejercicio y practicar algún deporte, y es allí donde estás siendo productivo y
estás presente, sin reservas o reparos. Estas despierto, atento y le das buen
uso a tu tiempo. Así que cuando estés en público y empieces a sentirte solo,
pon tus manos detrás de tu cabeza y deja el teléfono a un lado, disfruta del paisaje.
¡No necesitan mirar el
menú o la lista de contactos, sólo hablen entre unos y los otros, aprendan a
coexistir!
Es increíble el silencio que
se siente en un tren intercomunal lleno o un metro de una gran ciudad, donde
nadie quiere hablar por el miedo a parecer loco. Nos estamos volviendo asociales,
y no podemos encontrar satisfacción en mirarnos los unos a los otros, mirar los
ojos de alguien más.
Estamos rodeados de niños
que, desde que nacieron, nos han visto vivir como robots y han llegado a pensar
que es algo normal. Es poco probable que seas el mejor papá del mundo sino
puedes entretener a tu hijo sin usar un IPad.
Cuando era niña jamás estaba
en casa, estaba afuera con mis vecinos y amigos montados en una bicicleta,
dándole uso a mis zapatos y pelándome las rodillas, construyendo una casa bien
alto en un árbol o robando las sabanas del cuarto para crear un fuerte o
refugio. Ahora los parques están callados, te quedas viendo esos parques con
los columpios ahí quietos; no hay saltos de cuerdas, no hay juegos ni carreras.
Somos una generación de
idiotas, de teléfonos inteligentes y gente tonta.
Así que levanta la mirada y
apaga la pantalla. Aprovecha los alrededores y haz lo más que puedas de tu día.
Sólo una conexión real es lo que necesitas para que veas la diferencia, qué se
siente el estar ahí, el tener un
contacto con alguien en la calle, con una simple pregunta sin tener que acudir
al teléfono, nunca sabes si quizás sea el amor de tu vida con quien estés
cruzando palabras o sea ese alguien que te despierte y te haga ver la vida de
otra manera. Pero nada de esto está ocurriendo en estos tiempos, no has tenido nada
de esto, porque cuando estás mirando hacia abajo, no ves las oportunidades que
pierdes.
Así que levanta la vista de
tu teléfono, apaga la pantalla sólo por un rato, tenemos una existencia finita
o es que no lo ves, un número de días contados. No malgastes tu vida atrapado
en la red, ya que cuando llegue el final, vendrá el arrepentimiento, y no hay
nada peor que eso.
Yo también soy culpable de
ser parte de esta máquina, en este mundo en el que somos escuchados pero no
vistos. En el que escribimos mientras hablamos y leemos mientras chateamos, un
mundo que pasamos horas juntos sin hacer contacto visual.
No te entregues a una vida
en la que sigas el camino de la masa, dale a la gente tu amor, no le des un
"Me gusta". Desconéctate de la necesidad de ser escuchado y definido.
Sal a conocer el mundo, deja las distracciones atrás, levanta la vista del
teléfono, apaga la pantalla y más si tienes a un ser querido a tu lado, deja de
leer esto y vive la vida de la forma real.
Extraje todo lo que pude de
una reflexión hecha por Gary Turk. Cuando la vi ¡me encantó!
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