¡Hola a todos!
Aquí estoy de nuevo con otra de mis aventuras y la contaré tal cual como la viví, sin editar nada.
No suelo ya usar el termino de viaje, porque ya esto para mi es un estilo de vida. Se trata de que mi vida sea un eterno viaje en busca de mi ser. Espero le guste esta historia.
No suelo ya usar el termino de viaje, porque ya esto para mi es un estilo de vida. Se trata de que mi vida sea un eterno viaje en busca de mi ser. Espero le guste esta historia.
Una noche hablaba con una amiga y me cuenta: "¡Hey! Un amigo me está comentando que quiere ir a Canaima antes de irse a hacer un curso y somos las únicas que él conoce que no formaríamos ningún problema en el viaje." Yo le digo que obvio acepto ir con el grupo. Esta super noticia me la cuenta justo 4 días antes del fin de semana de carnaval.
Dos días antes del viaje se confirma todo, y bueno, me tocó correr para buscar las cosas que me hacían falta (bolsitas herméticas para la ropa, un sleeping mas pequeño del que tengo, una hamaca que no le entrara el frío, repelente, etc.) La emoción no era nada normal, más para Vanessa que nunca había ido para Canaima. Estábamos ansiosas y ya se hacia la hora. Sólo seríamos 4 personas, José es piloto, así que está en todos lados, pero esta vez nos encontraríamos en Valencia y saldríamos desde Maracay con destino a Bolívar.
Nos vinieron a buscar a Cabudare. Vane se vino de Turén hasta mi casa (somos chicas de pueblo). No me quise llevar el carro porque tenia una falla y todo fue muy repentino; queríamos irnos en bus hasta Valencia pero los muchachos no querían porque era un peligro. Quien nos vino a buscar era todo un personaje: un chófer que se llama Lenin y vive en San Felipe, él decía que era el escolta del Presidente Maduro allá en Yaracuy. Nos buscó en mi casa y mi cara no fue normal; él bajó pidiéndome el baño, con una botella de Ron en la mano y reguetón a todo volumen. Imposible que lo dejara entrar a mi casa con esa impresión, igual orinó a dos casa de la mía en un árbol. Arrancamos a Valencia y me tenía nerviosa al principio, ya después fui tolerando la música y los disparates que decía; de verdad eran disparates, cosas como: "Yo detesto a los chavistas ladrones, que se agarran el dinero y se hacen ricos a cuesta de uno, pero yo viajo todos los fines a Cúcuta a raspar cupos." Otra cita célebre fue: "Yo si es verdad que quiero a mi país, no como esos cagones que destruyen al país con su falta de cultura", y mientras dice eso tira la colilla del cigarro a la carretera y maneja con una botella de ron en la mano a 140 km/h... y así eran todos sus disparates. Un personaje que contradecía totalmente lo que decía y su forma de actuar. En fin... Logramos llegar a Valencia sanas y a salvo y vimos a los muchachos, para mi fue como la luz. Los conocí y super panas y buenas vibras. Les pregunté preocupada si ellos eran amigos o algo así (de Lenin), y se echan a reír diciendo que lo contrataron a él porque hay que ayudarlo y que bueno hay que quererlo porque hace bien el trabajo como chófer. Cuando hicimos las compras al día siguiente los cuatro en Valencia, hablamos sobre cualquier cosa y de los preparativos, y me di cuenta que seriamos un buen grupo de viaje.
Partimos a Maracay y de ahí directo a Canaima con parada para recargar combustible. Cuando estábamos en vía a Kavak y estábamos llegando al Auyan Tepuy, comencé con mareos no sé porque. Todos estábamos distraídos, viendo esos imponentes Tepuyes y ver en especial el Auyan Tepuy era algo que te dejaba como ido, boca abierta... Me quedaba contemplando en silencio los Monolitos, que son los guardianes de la zona. Estábamos tan emocionados (bueno yo sí es verdad que lo estaba, supongo que lo muchachos también) que pasamos por el Salto Ángel y como era verano el salto era poco, no se notaba mucho a lo lejos. Igual seguía alucinando por ese Tepuy tan imponente,
tan pero tan gigante. José da la vuelta para sobrevolarlo más de cerca, pero esa vuelta de manera tan brusca hizo que me mareara a tal punto que cuando pasamos yo tenía una bolsa en la cara para vomitar. Tenía la cara en la ventana y en la bolsa, más en la bolsa que en la ventana, y la cámara de adorno en ese momento, me contuve todo lo que pude, pero hay cosas inevitables. Después me entere que Luiggi estaba en el mismo plan que yo en ese mismo instante.
Vista del Salto Angel en Verano |
Waipen Teúy |
Campamento |
Al despertar me levanto emocionada abriendo la carpa para ver si lograba ver el amanecer, y había olvidado que es muy difícil ver un amanecer en un Tepuy porque las nubes amanecen condensadas, super bajitas que tapan todo (igual la esperanza es lo último que se pierde), y a parte esa brisa fuerte y fría. Así que seguí durmiendo. Despejó a las 9am y ahí si todo era mágico de nuevo. Desayunamos arepa con perico, empacamos una mochila para todos y despegamos rumbo a kavak.
Desayuno de CAMPEON |
Camino a la Cueva del Indio |
Cueva del Indio |
Camino a nuestro Sitio Magico |
Mi Ventana |
Atardecer en el Waipen Tepuy |
Otro día en sitio mágico, y otro día para agradecerle a Dios por crear una naturaleza tan perfecta. Me gustaría que las personas volvieran a estas raíces, somos parte de ellas, pero el mismo hombre se ha encargado de alejar a las nuevas generaciones y de convertirlos en máquinas que sólo piensan en sexo y dinero, crear robots que viven en una zona de confort, donde nada crece, con pensamientos básicos que dicen que la felicidad es echarse en una cama y ver televisión, donde se ha perdido la esencia del arte y la verdadera música, donde un padre no sabe entretener a un hijo, sino es con televisor, un teléfono, o un artefacto inteligente (a donde hemos llegado); una sociedad donde todos van como ovejas sin rumbo. Pero en fin... no me quiero desviar de la historia del viaje...
Preparamos el desayuno nuevamente, aquí me detengo porque era cómico escuchar a José decir que "va haber peo" ...él no creía la armonía y la paz del lugar, y más que todos competíamos de quien haría la comida, y en donde todos colaborábamos en cocinar, picar, poner la mesa, lavar los platos. Decía eso porque todos sus viajes eran en grupos grandes que en su mayoría iban en plan de beber hasta la muerte, y las mujeres con esa mentalidad de que van a la naturaleza y piensan que alguien les va a cocinar, lavar los platos, que nos les va picar ninguna plaga, que no aguantaran calor o frió... de esas que viven quejándose (seguro pronto saldrá a la venta una burbuja donde puedan meterse). Luego del desayuno, llevábamos lo necesario para un día de excursión:
- Una mochila que se ajuste cómodamente en la espalda.
- Protector solar y repelente de insectos.
- Gorra, Lentes.
- Zapatos cómodos (zapatos de montaña).
- Termo para recoger agua.
- Camisa frescas ( maga corta y maga larga)
- Bolsa hermética para meter las cosas de valor monetario.
- Unas media por si se te mojan las que se están usando.
- comida
- traje de baños como ropa interior.
- Cámara fotografía y pilas de repuesto
- las ganas de caminar y DISFRUTAR
Nos fuimos de sitio mágico hasta Uruyen. Cuando llegamos hablamos con el casique del campamento y les contamos que estábamos de pasada y que queríamos hacer una excursión en la zona. Nos presento el guía, un pemón super joven que ni hablaba, había que sacarle las palabras con una cuchara. La ventaja es que como era joven, hablábamos mas normal con él y lo convencimos de llevarnos a más de un salto. No recuerdo su nombre, pero me encantaba porque cuando llegábamos al sitio el solo se echaba sobre una roca, con una pajita en la boca y nos observaba a nosotros (me imagino que en su mente diría que cómica esta gente que se emociona con ver este río). Conocimos la cueva de Yurman (Yurman Yeuta) y de regreso pasamos por el Salto Akareupa (Akareupa Vena). Espectacular los lugares. Para mi fue un día para meditar, porque el amibente estaba perfecto, mariposas posándose en mis piernas, el sol calido, la sombra de los árboles hacia juego en el agua y sobre la tierra, donde el brillo del sol jugaba con el tono del cuerpo de Vane cuando le tomaba una fotografía. Aqui mejor les dejo las fotos para explicarle como era el lugar:
Regresamos y cuando llegamos al campamento de Uruyen había dos aviones iguales al que estaba piloteando José. Eran unos caraqueños, unos morochos y un Señor que no recuerdo el nombre, parecían sacado de esos programas de televisión de aventuras. Se instalaron a hablar de aviones y cuando José le contó donde nos estábamos quedando, decidieron irnos a visitar y conocer el lugar. Arrancamos del campamento, ellos salieron primero y nos vimos todos en Sitio Mágico. Cuando estábamos allá, hablamos un rato con ellos y de que se la pasaban por aquellos lares, hicieron un espectacular despegue (les debo el video porque no lo he publicado) rozando el borde del Tepuy. Después de ahí nos volvimos a quedar sólo los 4, preparamos cena y de nuevo a ver nuestro Televisor con una serie REAL: "Conteo de las estrellas, constelaciones y estrellas fugaces"
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A despertar. 9am y listos para desayunar y preparar todo para otro día de aventura y excursión. Nos fuimos de nuevo a Kavak y vimos a Alex y la Sra. Ortencia. Esta vez nos dijeron para ir a la cueva de Kavak (Kava Yeuta). Nuestro guía si que era otro personaje, decía que era la persona con más resistencia para subir tepuyes en la zona, 96 veces había subido el Auyantepy, los que practican trail running lo han buscado para correr juntos esas zonas. Él le dice a Alex el pemón hippie (usa el pelo largo). Es el guía mas citadino que he conocido. Ahí en Kavak donde venden los recuerdos, le dice el que pequeño sambil. Son pemones que han estudiado en la ciudad y han ido a Caracas.
Cuevas de Kavak |
soporto verlos sin volar en esa zona de confort. Esto que estoy viviendo ahora es sublime, he encontrado la felicidad plena y me gustaría contagiarlos y ayudar a que la encuentren. Saber que tienes un alma y que puede ser libre y volar, teniendo tu cuerpo sobre la tierra y con los 5 sentidos al máximo... me volví a inspirar, ahora voy a retomar la historia.
Gruta de Kavak |
Comunidad de Purweken |
Era nuestro ultimo día ahí en sitio mágico, había sentimientos encontrados, no me quería ir, ninguno se quería ir. Vivir un total sueño, sintiendo esa paz y tranquilidad en ese lugar que no podía
describir en palabras, un paisaje que alimentaba la imaginación, un lugar donde podías contemplar la realidad que deberíamos tener, no era un fondo de pantalla de la computadora, era algo que estaba viviendo. Preparamos nuestra última cena allí y Jose se destacó con unos pimentones que quedaron divinos. Nos acostamos en nuestras hamacas y a volar de nuevo mientras la brisa las movía. En esos ratos era donde hablábamos más sobre cualquier cosa, eramos personas mostrando nuestro verdadero ser, son en este tipo de lugares donde conoces realmente a las personas, sus almas desnudas, donde la mente, cuerpo y alma esta en armonía. Hablamos de lo que en realidad nos apasiona y que queremos ser. Aislados de la sociedad, las comodidades, donde te enfrentas a lo desconocido y luchas con miedos; donde la persona de a lado te da la tranquilidad porque también esta en perfecta armonía. Destapamos una botella de vino y brindamos por todo eso.
No hay despertador, me levantaba por inercia, allí nos acostábamos temprano por tanta tranquilidad. Recogí los platos sucios, me fui al río a lavarlos sola, solía hacerlo porque me gusta imitar lo que hacen las mujeres indígenas el día al día, no me quejaría jamás.. mientras lavaba los platos, soplaba una brisa fuerte por estar al pie del salto, un rocío que me daba el baño de los buenos días, y donde podía observar como se iba despejando el cielo, y se iba abriendo el paso de tan majestuoso paisaje cada mañana, y que seria mi ultima vista de ese lugar. Regrese y los muchachos ya estaban haciendo el desayuno. Desayunamos y a comenzar a empacar todo. A las 10am ya estábamos arrancando a Purweken, los muchachos nos dejaron allá mientras iban a recargar combustibles.
Fue el momento perfecto para compartir con la comunidad. Los niños estaban de vacaciones porque el salón de clase lo estaban reparando, ellos eran felices ayudando a cuajar el barro para las paredes, se divertían saltando y pisando el barro, nos miraban con pena y escondían el rostro de
felicidad para que no lo viéramos, otros se asomaban por la ventana y nos veían a nosotras, y cuando volteábamos se escondían, un juego de picardía e inocencia a la vez. Vane llevo una nariz roja y fue el juguete predilecto para sacarles sonrisas a los niños. Nos colocábamos la nariz de pronto y rápido nos la quitábamos, los niños se sorprendía con algo tan sencillo, muchas risas de parte de ellos cuando nos veían hacer eso. Esa satisfacción de hacer feliz a alguien es la mayor recompensa.
Era increíble ver como todos colaboraban para levantar esa casita que era un único salón de clase, donde recibían a todos los niños de las diferentes comunidades cercanas, donde un solo profesor les daba clase a niños de todas las edades. Te revuelve los sentimientos, porque pienso que soy solidaria, cuando de verdad no lo soy viendo estas cosas. Acciones así me da motivación que voy por el camino indicado, y que estudiar la docencia universitaria me ayudara para trabajar de voluntaria en estas comunidades en un futuro.
Los chicos de la comunidad nos invitaron a jugar voleibol. Jugué por más de una hora mientras esperábamos a los muchachos. Vane mientras hablaba con los niños de la comunidad que se les acercaba y compartía con ellos. Luego de un rato llegaron los muchachos, ya estábamos listo para arrancar a la excursión porque se hacia tarde. Victor fue nuestro guía y Rosendo uno de nuestros porteadores. Salimos al mediodía y rumbo a lo desconocido, con muchas expectativas de como seria esos dos días.
Caminamos por la sabana y selva, Víctor nos enseñaba las propiedades de las plantas y para que las usaban, me nutria de esa cultura y esas costumbres. Rosendo no hablaba, entendía el español pero iba callado al final de nosotros cuidando nuestros pasos. Victor es un señor maravilloso, con alma noble y sin nada de malicia. Nos contaba que son ellos los guardianes del lugar, cuidar de que no llegue nadie a destruir su hogar. Le pregunté entonces porque cuando sobrevolabamos veíamos arboles quemándose en algunas zonas, y el nos dijo que como el verano es fuerte, la sequía ha secado los ríos donde ellos pescan, y para alimentarse, es decir conseguir proteínas, quemaban los árboles para que así brotaran unos gusanos gigantes que eran su sustento para esa temporada; era supervivencia. Llegamos al campamento base en medio de la selva. Nunca me había quedado en plena selva a acampar. Nos fuimos al río a darnos un baño y a relajar las piernas después de tan ruda caminata.
La cena de nosotros era fajitas con atún, mientras Victor y Rosendo estaban en el río pescando bagre, unos peces muy pequeños. Ellos hicieron una fogata y los peces que pescaron los envolvieron en hoja de plátano y los metieron dentro de fuego para que se cocinaran, Luego nos dieron a probar con un poco de casabe artesanal hechos por ellos mismos. La cena estuvo increíble pero fue por el hecho de estar en lugar diferente, compartiendo con otras culturas. Nos acostamos temprano para al día siguiente salir a las 7am y seguir la caminata.
Eran las 6am y todos a levantarnos y desarmar campamento, nuestro desayuno fue lo mismo que la cena. Salimos a la caminata y era pura selva, subidas y bajas, unas más fuertes que otras, pero me distraía viendo las aves de la zona y los nombres que le colocaban los pemones allá, me hubiese encantado tener una cámara fotográfica profesional y capturar esa fauna tan diversa. Cuando terminamos la selva, se asoma algo imponente, un sonido de una cascada. Íbamos
Salto de De la Cueva Fantasma |
Cueva Fantasma, descubierta en el 20016 |
Familia de Victor, su hogar |
Nuestro de destino ahora era la comunidad de Canaima. Cuando aterrizamos José cuadró lo del combustible, mientras nosotras cuadrábamos alguna posada o campamento. Dimos mas vueltas y
caminamos demasiado buscando. Les confieso que allá todo es caro, pero se puede conseguir algo bueno si se busca bien. La señora del cafetín del pequeño Aeropuerto donde se llega (super pequeño, es un lugarcito donde te reciben) nos ayudó demasiado, era las que nos llevaba a los lugares para ver si encontrábamos algo donde quedarnos. Yo he ido en otras oportunidades y me he quedado en campamentos, pero no quería quedarme ahí porque quería seguir conociendo lugares de esa zona. José tenia un amigo piloto que le comentó que tenia un familiar con un campamento ahí. Fuimos hasta allá cuando ya no conseguíamos más opciones. Los guardias nos llevaron porque era un poco retirado. Cuando llegamos y vi el campamento me dije que aquí era donde nos teníamos que quedar. He estado en varios y también vi varios ese día y este fue el que más me gusto. José cuadró el precio y listo nos quedamos. Espectacular el campamento, se los recomiendo con los ojos cerrados, tiene la misma calidad que los campamentos más caros de la zona. No es por menospreciar pero Venetur lo único que tiene bonito es que esta al pie de la laguna, sólo eso. Les dejo la pagina del campamento para que entre y vean sus fotos y tengan el contacto: Parakaupa. Dos habitaciones con una terraza y hamacas. Una habitación para Vane y para mi, y la otra para los muchachos. Desempacamos, nos dimos el mejor de los baños, nos alistamos y salimos en el jeep del campamento hasta la comunidad para cenar. Cuando íbamos en camino vimos un lugar que nos llamó la atención, se escuchaba música y había luces y decía mirador Morichal, nos dijimos que de regreso pararíamos en ese lugar. Llegamos a un restaurante (un caney) en la comunidad y cenamos pepito. José fue al ciber (un café donde te puedes conectar al internet). Después de ahí nos fuimos (el chófer nos estaba esperando) y nos regresamos haciendo parada en el mirador. Ahí le dijimos al señor que se fuera que nosotros nos íbamos caminando (El señor fue super amable, también eramos los únicos que nos estábamos hospedando en el campamento). Cuando nos bajamos llegamos al lugar y resulta que es la discoteca de Canaima. Nos sentamos en la parte del aire libre con vista a la laguna de Canaima y pedimos unas cervezas Zulia. El dj era un pemón y nos colocó un poco de música que le pedimos. Igual baile merengue y un poco de todo. Pero el dj se esforzó en colocar un poco de electrónica y dance para nosotros. Es que sólo habíamos dos grupos: nosotros, y otra mesa donde había como 6 pemones y una sola mujer pemona que bailaba con todos ellos y de la misma manera. Todos los géneros de música los baila pegado, muy extraño pero debe ser cultura de ellos. Nos fuimos de ahí super felices (para no decir prendidos), yo con dos cervezas estoy lista. Nos fuimos caminando y lo único que nos alumbraba era la luna y las estrellas. Nos acompaño uno de los barman hasta el campamento y se quedo un rato con nosotros. Estuvimos un rato en la terraza y luego a dormir.
Nuestro ultimo día aquí en Canaima. Salimos al comedor del campamento y nos dieron un buen desayuno. Super completo. Ahí recorrí bien la posada y les puedo dar garantía de que es bella.
Empacamos y nos llevaron hasta el aeropuerto. Ahí esperamos a que le colocaran el combustible a la avión. Mientras esperábamos y veamos que era larga la espera. Nos fuimos a la laguna y ahí nos quedamos un par de horas viendo, escribiendo y hablando de cualquier cosa. Al medio día nos fuimos y estaba todo listo para irnos. Nos despedimos del Sr. de imparques (él le prestó la bici a José para que fuera a la comunidad de nuevo al ciber) que fue super simpático con nosotros y también del dj que se estaba montando en otro avión con destino a Bolívar. Despegamos con un poco de nostalgia pero ansiosos ya por volver. Cuando llegamos a Maracay José se quedó porque se tenia que ir a otro lado. Nos fuimos a Valencia con Luiggi, y ya casi llegando nos tocó buscar a Jose en Maracay. Cuando estábamos en Valencia ya era tarde y Vane y yo teníamos que irnos. Yo había cuadrado un viaje para la Azulita en Mérida con mis amigos de escalada y ellos me estaban esperando a que llegara para irnos a Mérida. Me iban a esperar hasta ese día y me buscarían en Acarigua que era la ciudad que estaba en la vía y donde Vane iba llegar. Así que por falta de tiempo nos fuimos en un taxi hasta Acarigua. Llegamos tipo 8pm y de ahí me fui al EcoInn donde mis amigos me estaban esperando para ir en busca de otra aventura pero de escalada.
Una dedicatoria para la Fundación donde formo parte CAMINOS VERDES |
Me monte en la camioneta y agarramos rumbo a Mérida por la carretera de Barinas el Páramo... La vía de noche para el Páramo es tranquila, ya le contaré como viví esta experiencia. No me quejo absolutamente de ningún viaje. Todos tienen sus encantos, sus paisajes. De verdad no les puedo decir qué lugar es más bello y cuál es el que llena más, porque va de la mano con tu forma de pensar... Prometo publicar próximamente la continuación... Tendría que contar mi vida, porque ya estos nos son viajes sino mi filosofía.
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