La Gran Travesía, Sierra Nevada

¡Hola! 

     Tenía varios meses con el blog abandonado y lo he actualizado con un viaje muy interesante. Es acerca de La Gran Travesía de las 5 Águilas. Como preámbulo les doy un resumen del porqué a esta travesía le dicen las 5 águilas.

      Cuenta la leyenda que una princesa indígena llamada Caribay vio volar un día a cinco enormes águilas blancas, cuyas plumas brillaban como la plata, y quizo adornar su coraza con ellas. Corrió día y noche persiguiéndolas, hasta que llegó por fin a la cumbre de aquellas montañas. Y, sin embargo, las águilas volaron tan alto que se perdieron de vista. Entonces Caribay pasó de un risco a otro, llorando por la pérdida. Ivocó a Zuhé, pero el sol se ocultaba ya; invocó a Chía, la luna, y hasta el viendo hizo silencio, había aparecido la luna y al rededor de ella volaban las águilas. Fue entonces cuando descendieron las águilas y se posaron cada una en un risco, clavando sus garras en la roca. Caribay corrió hacia ellas para tomar las plumas, pero se habían petrificado y ella huye despavorida. La luna se ocultó de pronto y con vientos huracanados despiertan las águilas, y mientras sacuden sus gigantescas alas, el suelo se cubre de nieve y se engalana con el plumaje.

    Se posaron entonces en los cinco picos: Grupo La Corona (Pico Humboldt y Pico Bonpland), Grupo la Garza (Pico  La Concha), Grupo la Columna (Pico Bolívar y Pico Espejo), Pico el León y Pico el Toro. 

    Un amigo me escribe un mes antes y me dice que en diciembre ira al Pico Bolívar y me pregunta si me animo para ir a este viaje de montaña. Obviamente dije que sí y comencé mi entrenamiento previo para este tipo de viajes. Todos los días me levantaba a las 5am, un desayuno rápido y salía a caminar una hora con 8 kilos encima las primeras dos semanas y luego con 10 kilos. Me caminaba una hora hasta llegar al Polideportivo de Cabudare, ahí corría unos kilómetros, dependiendo del día, luego me iba a la piscina y hacia un promedio de 2000 metros entre libre y espalda, luego regresaba a mi casa caminando de nuevo. Sí, necesitas sacar tiempo para entrenar y estar preparado para disfrutar este tipo de viaje al máximo, sin quejas de algún dolor o lesión. 

     En diciembre, Álvaro, mi amigo, me dice que ya no era sólo el pico Bolívar sino también el Humboldt, y yo feliz de que me estuviese diciendo eso. Cuando viajo a Mérida en buseta,  él me presenta el resto del grupo, cuatro hombres más; sería la única mujer en el grupo. Sus amigos no me conocían así querían asegurarse de que estaba preparada, fue muy cómico porque hasta me llevaron a trepar un árbol inmenso y llegar a una casa que estaba en la copa de ese árbol. Un sueño para mi. Hicieron que subiera una colina, hacer travesía y escalar. Después de eso nos sentamos y me cuentan que no era pocos días, que estimaban la fecha de regreso para justo antes de fin de año (ahí sólo pensaba en cómo le iba a decir a mis papás que pasaría navidad sin señal y en una montaña) y que haríamos las 5 águilas. Un buen reto para mí, porque serían muchos días en la montaña. Al día siguiente hicimos la compra: 2160bs por cada uno para toda la comida. y me tocó alquilar uno que otro equipo que no tenía (en eso gasté 1800Bs). otras cosas las pedí prestadas, siempre hay una manera económica de hacer las cosas (para el que no se desvive por la comodidad). El jeep para los nevados fue de 300 por persona, y así comenzó nuestra travesía...

Día 1

     Salida desde Mérida a los Nevados a las 8am y llegada a las 12m. Llegamos y estuvimos un rato allí para cuadrar una mula que nos llevaría la mitad de la comida hasta Timoncito para poder terminar la travesía. Cuadramos con el Señor Carlos y nos cobró 1600bs. A las 3pm partimos de los Nevados y comenzamos la caminata de 3 horas aproximadamente y acampamos en el segundo puente vía a Alto de La Cruz. Un día espectacular, con un cielo despejado y la acampada fue al pie de un río muy lindo.

Primer Campamento del Viaje. Al fondo mi casa provisional

Día 2

     Partimos al segundo campamento "La Pila", justo al pie del Alto de la Cruz. Caminamos unas 5 horas. Y cuando llegamos había otro grupo pequeño de 6 personas que iban a hacer una caminata (Nevados, Alto de la Cruz, Cresta del Gallo, Timoncito, Chumajoma, la Verde, Mucuy). Cenamos una buena sopa, té caliente y unas arepitas. Los almuerzos suelen ser ligeros por cuestión de tiempo.

Día 3

     Cuando estuvimos en los Nevados un montañista de experiencia nos aconsejó acampar en la Pila porque en la base del Toro no hay agua (hay una laguna estancada, pero se necesitan de varias pastillas para purificarla) y para el León (la cresta mas alta) son 8 horas desde la base del Toro. Nos dijo que lleváramos mucha agua, y nos explicó un poco el ascenso por la ultima cresta.

     La salida fue a las 9am. Coronamos la cresta más alta, que aparte era la mas alejada. Para coronarlo cuesta un poco por un derrumbe de arena. Subimos siempre por la izquierda y pudimos llegar a la cumbre a las 3 de la tarde. Los chicos tienen un buen GPS incorporado y tenían un libro de la Sierra Nevada que ayudo muchísimo. Dios me dio la oportunidad de tener un excelente grupo de montaña.

Camino de una cresta a otra de Pico León

Cumbre de Pico León

   

      La hora de llegada a la Pila fue casi a las 9 pm. llegamos muy cansados, sobre todo yo que aún tenía chicungunya y pasé ese día con manos de elefante y un salpullido fuerte, por lo menos la fiebre me había pasado justo cuando llegue a los nevados. Logré comer mi avena cocida de cena y directo a dormir.

     Este día fue especial por el increíble atardecer que vimos durante el descenso del pico, fue un regalo de cumple para Arthur, uno del equipo, el cielo super despejado, no nos perdimos.

ESPECTACULAR ATARDECER

Día 4

     Dejamos las cosas de nuevo en la Pila y arrancamos a las 8.30am para el Toro. Para esta subida me pegó la altura, iba lento pero seguro. El primer cacho, el mas alejado, lo coronamos a las 11am y caminamos por todo el borde hasta el otro cacho que tiene menos altitud. Estuvimos un buen rato arriba viendo el paisaje. Ya a las 3.30pm estábamos en la Pila para prepararnos el almuerzo.

     El grupo ayudaba mucho a que me sintiera bien, surgió ese tipo de conexión que hace pensar que se conocen de toda la vida, creo que es por el hecho de compartir las mismas pasiones. Además, poco a poco me adapto a la altitud, aunque de noche aún me dan mareos. Es importante hidratarse muchísimo en la montaña, ese es un defecto que estoy logrando cambiar.

CUMBRE DE PICO TORO

ASCENSO DE PICO EL TORO

Día 5

     Nos levantamos temprano para desarmar campamento. Salimos a las 10am de la Pila y por 3ra vez consecutiva subimos al alto de la cruz. Lo que eran 25min sin mochila hasta allá, esta vez nos tomo 1 hora por el peso que teníamos encima. La caminata de hoy era larga. Pasamos por la Laguna Roja y la Garganta del Diablo. Era la ruta de la Cresta del Gallo para llegar a Pico Espejo. Vimos pasar un grupo, y cuando nos acercamos era un grupo que ya conocía de mis viajes anteriores, y era la 3ra vez que me los topaba en estos viajes de escalada, son unos escaladores de Mérida (Chucho, Alita y el Morocho), y venían del pico Bolívar, después de haber escalado varias ruta. Fue muy grato toparme con ellos de nuevo, cargarme de esas energías tan positivas que ellos transmiten. Luego seguimos y almorzamos cachapas. El frío se estaba volviendo fastidioso porque no había cielo despejado. Todos llevaban mi ritmo, el paso de hormiga (yo le digo lento, pero seguro); yo no suelo detenerme porque eso cansa mas, es preferible dar paso cortos y lento y no detenerse por la carga de la mochila. Pudimos llegar a la 5ta estación, no estaban trabajando, así que aprovechamos y recorrimos toda la estación para ver el avance, y podernos escabullir y caminar y poder coronar el Pico Espejo que está justo a lado de la estación. Estuvimos un rato allí y luego partimos para llegar a Albornoz y acampar allí. Hubo un descenso en rapel muy agradable pero con un frío hijueputa (disculpen la expresión). Caminamos una hora más, que al principio me decía a mí misma que ojalá pasara rápido por el frío y el cansancio, pero a lo que cruzamos y seguimos la ruta y nos alejábamos de una pared, iba asomándose un espectacular atardecer, ahora esa caminata quería que durara toda una eternidad, quería congelar el tiempo y dejar ese paisaje el resto del viaje. Llegamos al campamento a las 6.40 pm. Una sopa y leche caliente para cenar. Fue un día de verdad largo y fuerte por el peso, pero terminó con broche de oro.

Cumbre del Pico Espejo

Atardecer vía al campamento Albornoz

Atardecer en el descenso de Pico Espejo.

Día 6

     DESCANSO. Me levante a las 6 am queriendo ver el amanecer. Dos de los muchachos fueron a ver si encontraban al Sr Carlos (el que nos traería el saco de comida) en otro campamento más abajo, quizás en la Charca, o en la Pueblita. Aparecieron a las 11 am con el saco. Álvaro montado en una mula, el Sr Carlos caminando y una señora llamada Tania en otra mula, que estaba con el equipo de Aguamanchi. Ella estaba acampando con su esposo y sus dos hijos de 15 y 17 años y ese día su familia había ido a coronar el pico Bolívar con los guias de la agencia. Ella se estuvo con nosotros todo el día. A lo lejos con binoculares veíamos al grupo en su ascenso al pico Bolívar. A las 4.30 pm subimos desde nuestro campamento hasta Timoncito para esperar al equipo y a la familia de Tania. Cuando descendieron y los fuimos a saludar, resulta que su guía era Andrés Mora, un amigo que conocí en mis viajes y con el que mantengo contacto, él me había dicho que estaría en el pico Bolívar, pero no pensé coincidir el mismo día, de verdad me alegró verlo. El día excelente, cielo despejado y un atardecer increíble.

DESCANSO

ATARDECER

Grupo Completo, Incluyendo al Sr. Carlos. Foto tomada por la Sra. Tania.

Día 7

     No dormí casi por la ansiedad de subir el Bolívar. Me levanté y vi el amanecer que fue todo un espectáculo. Espere a que despertaran los muchachos, subí hasta Timoncito con Néstor y Jorge a buscar agua para el desayuno; ese es el único defecto de Albornoz, que el agua queda lejos y hay que caminar mas 30min para buscarla. Preparamos todo y desayunamos empanadas. Arrancamos tarde el ascenso, a las 10am, pero el cielo estaba despejado y era perfecto. Subimos por la Weiss, luego Roca de Diamante y por último la Ventana. Buscamos coronar y lo logramos a eso de las 12.30pm. El clima perfecto, un cielo despejado donde pudimos apreciar todo el paisaje y observar a Mérida desde lo lejos. Celebramos arriba con chocolates, mermelada y galletas María, una descarga de azúcar que cae muy bien en la montaña. Durante el descenso sí hubo mucho viento, pero nada por lo que alarmarse. Ya a las 4pm estábamos en Timoncito. Me pareció excelente el ascenso al Bolívar. En la cumbre intenté llamar a mi mamá y logré comunicarme con ella, estaba preocupada y mi papá ni se diga. Se alegraron al saber que estaba bien, y bueno, contándoles que estaba a mitad de la travesía y que me tomaría más días, que sólo esperaba llegar para fin de año y estar con ellos.

ASCENSO POR LA WEISS

ASCENSO POR ROCA DE DIAMANTE

ASCENSO POR LA VENTANA

CUMBRE DEL PICO BOLIVAR

CUMBRE DEL PICO BOLIVAR

CUMBRE DEL PICO BOLIVAR

Día 8

     24 de Diciembre. Es navidad, primera vez que paso la navidad arriba en la montaña, y seguro no será la única vez. Hubo un descanso en la mañana y luego los muchachos fueron a coronar El Abanico. Un día excelente y un increíble atardecer. Hicimos un pequeño brindis para celebrar la navidad con un ponche de crema que llevamos.

Capturando Buenos Momentos

Selfie de Mister Arthur. Cumbre del Abanico

Vista desde la cumbre del Abanico

Atardecer en el descenso del Abanico

Día 9

     Ascenso a la Concha. Este día nos perdimos buscando este pico. No sabíamos como entrarle, por referencia de otras personas, nos dijeron que cruzáramos a la derecha a lo que viéramos la Charca (un lugar para acampar) y así hicimos y terminamos coronando un pico desconocido. Desde la cumbre de ese pico observamos a lo lejos La Concha. Descendimos de nuevo a Timoncito a buscar agua y luego a nuestro campamento en Albronoz. Toda la tarde fue descansar, leer y dormir. Ya estoy adaptada al clima y a la altitud. Ando tranquila en tops, descalza y un mono ligero. Hoy es nuestro último día aquí. Mañana arrancamos con mochila hasta la Laguna Verde y tratando de coronar La Concha en la ruta hacia la laguna. 

Buscando la Concha

Cumbre del Pico.... no sabemos el nombre aún

Día 10

     Arrancamos a desarmar campamento. Partimos a las 10 am de Timoncito a Chumajoma. ¡Chumajoma! Bendito nombre y el fuerte ascenso para llegar hasta ese punto. Lo peor es enterarse después de que hay una ruta que corta camino y evitas esa montaña donde la arena es naranja y las rocas del mismo color. Nosotros nos guiamos por un libro de la Sierra. y la ruta de la concha que aparece allí es por la cara norte, por eso decidimos llegarnos hasta Chumajoma. El problema era el tiempo porque eran más de las 2 y estábamos allí viendo como resolvíamos eso, porque desde Chumajoma hasta la cara norte de la Concha son 6 horas. Si hacíamos esa ruta llegaríamos a la Verde al día siguiente en la madrugada y teníamos que coronar el Humboldt al día siguiente. Por suerte nos topamos con un grupo de caraqueños y el guía era un rescatista merideño profesor de los muchachos. Nos dio la ruta que queríamos, dijo que nos disolviéramos hasta la Pueblita y de ahí serían 2 horas para coronar la Concha. Estábamos cerca, a una hora de la Pueblita. Dejamos las mochilas botada y decidimos regresar y coronarlo. Hicimos cumbre a las 5:00 pm y todo espectacular. El cansancio era horrible, pero soportable. Descendimos, buscamos las mochilas (nos metimos por el atajo, no agarramos por chumajoma) y llegamos a la Laguna Verde a las 10pm. Una cena rápida, donde conocimos a dos caraqueños escaladores, super buenas vibras. Directo a dormir porque tocaba madrugar al día siguiente.

Cumbre de la Concha

Cumbre de la Concha

Ascenso de la Concha

Día 11

     El despertador suena a las 3am. Un café para el grupo, fue lo que nos activó. El frío insoportable, pero al comenzar a caminar se pasaba. Arrancamos a las 4am y dos personas se nos unieron al grupo, una era María, por Dios por fin tendría una compañía mujer en el ascenso a un pico. A las 7am ya habíamos coronado el Humboldt, queríamos el Bompland pero no teníamos grampones y el glacial ya se estaba comenzando a derretir, se pone muy baboso, y con simples botas no puedes seguir caminando (es la desventaja de ir en verano). La próxima acampo en el glacial. Este pico me parece más bonito que el Bolívar, pero ya es cuestión de gustos. La ruta es increíble, una cascada congelada, la laguna Verde donde acampas, o sino acampas arriba en el glacial. Cuando descendimos, cada quien se tomó su tiempo. Yo tomé muchas fotos de los paisajes y me quede un rato meditando. Simplemente me dediqué a deleitarme con el perfume de los frailejones, y las vistas de esos imponentes paisajes que ves allá en la Sierra Nevada. La laguna Verde me parece mágica. Cuando baje hasta el campamento tomé mi tiempo y la caminé completa, por todo el borde. Meter los pies en esa agua casi congelada para relajarlos, es lo mejor. Es gratificante ver esos paisajes. Ya este es el tercer lugar donde quiero tener una casita de madera y barro.

AMANECER EN PICO HUMBOLDT

CAPTURANDO BUENOS MOMENTOS

OTRO ACOMPAÑANTE, BOL

BUSCANDO LA CUMBRE

PAISAJES DE VENEZUELA

PICO HUMBOLDT

CASCADA CONGELADA

LAGUNA VERDE

LAGUNA VERDE

LAGUNA VERDE

      Mi ventana de la carpa era la laguna, no quería irme de ese lugar. Subía la mirada mientras escribía esto, contemplando los reflejos del sol sobre el agua.

       Esta llegando un grupo de muchas personas, era el grupo de montañismo de Mérida que pasarían el fin de semana allí, resulta que me topé de nuevo a un amigo a Chucho, era la segunda vez, que lo veía en la travesía, esta vez no iría a escalar una ruta por el Bolívar, sino que coronaría el Humboldt el mismo día, estaba ida por vuelta. Personas así te motivan a seguir y superar retos. El resto de la tarde fue de escalada y compartiendo con María, la chica caraqueña que resulto ser un clon mío... demasiado parecidas.










Día 12.

     Despertamos temprano y a preparar lo último que nos quedaba de comida, desarmamos campamento y comenzamos a descender. Como saben ustedes, las mujeres somos una cosa seria, obvio bajé con María, y eso fue hablar durante todo el descenso hasta la Mucuy. se nos paso super rápido la ruta. Salimos a las 10am y ya a las 5pm estábamos comiendo parrilla con los de Imparque en la Mucuy. Ella partió y me quedé esperando a los muchachos. Nos tocó caminar hasta Tabay porque ya no pasaban jeeps, era domingo y tarde.


     Así concluyó la travesía. Esto es un estilo de vida para mi, una filosofía de vida. Sería la mujer más feliz del mundo sólo recorriendo montañas, playas y descubriendo paisajes que me dejen sin aliento. Le he agarrado pasión a la fotografía, capturar esos momentos que no volverán; bellos recuerdos que, más que reflejarlos en una foto, busco reflejarlos en mi alma y llevarlos en mi corazón. Me gustaría que la gente que se tome el tiempo de leer esto, valore más lo que la naturaleza y Dios nos regalan en estos viajes. Los invito a que viajen desde otra perspectiva, la de encontrarse consigo mismo, para tener su espacio y su tiempo a solas. Prueben cosas nuevas, salgan de esa zona de confort. ¡Tú! Sal del estilo de vida al que la sociedad te ha arrastrado a vivir, descubre lo que te gusta y te apasiona, crea tu propio concepto de vida, no sigas a las masas.